El último gol de Vinicius con el Real Madrid se produjo el 4 de octubre en un penalti que, en realidad, no era para él. Kylian Mbappé se lo cedió y el brasileño, que había forzado la pena máxima, marcó el 2-0 ante el Villarreal pese a una ejecución bastante mejorable. En sala de prensa, Xabi Alonso se esforzó en mirar para otro lado (el descontento del extremo tras algunas suplencias y sustituciones ya era público), pero sí dejó claro que había sido una decisión de ellos y que el lanzador seguía siendo el francés.
Desde entonces, Vini ha disputado con los blancos 14 partidos y 1.200 minutos (incluidos los añadidos) metido en un secarral goleador que no ha roto ni de penalti. Contra el Valencia, solo una semana después de su grave desaire al técnico en el clásico, Mbappé le volvió a ceder una pena máxima y esta vez el extremo la falló después de lanzarla tan mal como la anterior. Xabi insistió: “Kylian es el primer lanzador”.
Vinicius, pitado hace dos semanas por una parte importante del Bernabéu, cierra 2025 con su peor año natural en el apartado anotador desde que pegó el gran estirón en agosto de 2021. Venía de su mejor ejercicio (32 tantos en 2024) y en este su producción ha caído por mucho por debajo de la mitad (13) pese a que estuvo sobre el césped más minutos que nunca (4.680) debido al crecimiento del calendario. Sus cifras entraron en números rojos y, en varios capítulos, fueron deficitarias, como antes de su crecida.
Al peso, estas 13 dianas suponen la cifra más baja desde las seis que se apuntó en 2020 y las cuatro de 2019. En 2021 subió a los 15 goles, al calor en la segunda parte del año de la llegada de Carlo Ancelotti, y a partir de entonces no dejó de engordar la cosecha hasta alcanzar el récord personal de 32 de 2024. Ese botín le hizo sentirse ganador del Balón de Oro, un revés que marcó su pronunciado descenso al mismo tiempo que Mbappé empezaba su escalada. De toda su caída de rendimiento, el gol es donde más ha perdido.
Uno de los puntos que mejor había reflejado en este periodo de crecimiento su enorme ascenso había sido la diferencia entre los goles esperados y los anotados. Entre 2021 y 2024 (ambos incluidos), siempre logró más tantos de los que la estadística le había calculado según la calidad de las ocasiones disfrutadas. Sin embargo, este año (media parte con Xabi y media con Carletto) ha regresado a cifras negativas. La diferencia ha sido muy grande porque, según Opta, debía haber conseguido 20 dianas y se ha quedado en 13. No sufría un desfase desde sus dos primeros años naturales completos en el Madrid (2019 y 2020). En el primero, por ejemplo, de los ocho estimados solo celebró cuatro. Eran los tiempos en los que la mirada desconfiada de Zinedine Zidane llevó al técnico francés a recomendar al club en más de una ocasión su venta.
En todo caso, este es otro Vini, más protagonista que aquel e incluso clave en algunos partidos (Vitoria hace dos semanas) pese a su fuerte bajonazo anotador. En 2025 ha realizado casi los mismos tiros a portería (70) que en 2024 (73), pero con una gran caída en el acierto. Mientras el año pasado el 44% de sus lanzamientos entre los tres palos acabaron en gol, en este apenas ha alcanzado el 18,6%, su peor cifra desde su prehistoria (11,7% en 2019). Es un porcentaje que queda muy lejos de sus máximos de 2024, pero también de sus medias en los otros años buenos (en torno al 35%).
Probablemente por la presencia de un Kylian ya muy afilado, en 2025 ha estado más lejos del gol, como se observa en los tantos esperados (28 el año pasado y 20 en este), pero en todo caso más cerca que otros ejercicios en los que su producción resultó mayor. Su falta de tino ha sido clara y esta temporada en Champions todavía no se ha estrenado pese a que Xabi ha reclamado varias veces que Mbappé necesita ayuda.
La estadística a granel y destilada confirma el año torcido de Vinicius, cada vez con más focos fiscalizadores encima por su desierto anotador, la relación con Xabi (el desafío a su autoridad en el clásico marcó un punto de inflexión en la temporada del equipo), y su futuro contractual con el club, con el que sigue sin firmar un acuerdo para renovar un vínculo que expira en 2027. Se marchó de vacaciones con signos de contrariedad (sustituyó su foto con el Madrid en Instagram por otra con Brasil) tras ser silbado por la grada, y con un presente inmediato que le apremia.