El momento culmen del dominio abrumador que España desplegó anoche contra Suecia en La Rosaleda en la ida de las semifinales de la Nations League se produjo en el minuto 35. Mariona encimó a Lundkvist en la salida de balón y forzó la pérdida de la lateral derecha del San Diego Wave. La Roja recuperó la posesión casi al borde del área de su rival y 22 segundos más tarde lo dejó en la lona al anotar el tercer gol. Seis jugadoras —la propia Mariona, Pina, Alexia, Aitana, Ona y Vicky López— del equipo dirigido por Sonia Bermúdez, que se estrenó en Málaga como nueva seleccionadora tras la etapa de Montse Tomé, trenzaron 13 pases a máxima velocidad en ese lapso de tiempo tan corto para llevar la pelota del carril izquierdo al derecho. Pina estrelló en el larguero el centro de la joven y talentosa Vicky, pero Putellas envió el rechace a la red. La secuencia fue tan preciosista como efectiva para encumbrar el juego y la superioridad de España sobre el tercer clasificado del ranking FIFA.
“Es un debut soñado, evidentemente, por hacer cuatro goles y por cómo se han hecho. Ha sido un gran partido. No hemos recibido ninguna ocasión de gol”, celebró Bermúdez en rueda de prensa. La técnica, una mítica del fútbol español, solo puso un pero a su estreno en la élite tras pasar por las categorías inferiores de la selección: la lesión de Salma Paralluelo, que fue derribada por una dura patada de Ilestedt en el área en una jugada que no fue sancionada como penalti porque la delantera había arrancado en fuera de juego. “Estoy feliz por el resultado, estoy feliz por el trabajo del equipo, por cómo ha hecho la presión tras pérdida, por cómo ha dominado el encuentro”, insistió la entrenadora vallecana, que calificó la acción de la central del Eintracht como “agresión”.
Bermúdez alabó el juego desplegado por España. La Roja consiguió robar en zonas altas en diez ocasiones, tres más que en la final de la Eurocopa de Suiza que el pasado julio perdió ante Inglaterra en la tanda de penaltis, según los datos de la empresa especializada Opta. “[Bermúdez] ha incidido mucho en estos tres días en el esquema defensivo, cómo quiere que presionemos, que nos protejamos cuando el rival tiene el balón. Ofensivamente ya nos ha dicho el talento que hay, está bastante trabajado. Queríamos matizar esos detalles, ser un equipo compacto”, explicó en zona mixta Alexia, que también marcó el primer gol en un lanzamiento de falta formidable.
El dominio fue tan exagerado que la selección dejó a Suecia sin probar a Cata. La guardameta titular del Barça y de España participó en el juego con los pies en el arranque de las jugadas y también tuvo que atajar el balón en algún que otro centro lateral, pero no hizo siquiera una estirada. El combinado dirigido por Tony Gustavsson no disparó a portería. Con Tomé, eso solo había ocurrido en dos de los últimos 23 partidos y contra equipos mucho más flojos: el 5 de abril de 2024 ante Bélgica y el pasado 18 de julio frente a Suiza en los cuartos de la Euro. “Lo he disfrutado. Creo que hay que disfrutar de estas cosas. En cuatro días hemos preparado el partido muy bien y lo resumiría en eso: disfrutarlo”, afirmó Bermúdez.

La goleada también fue redonda por el regreso de dos iconos del fútbol español: Mapi León y Jenni Hermoso. La seleccionadora le dio ya la titularidad a la central zurda, una jugadora con una salida de balón excepcional que llevaba sin acudir a la Roja más de tres años por los problemas extradeportivos de la federación que sacudieron al grupo. “Mapi ha estado muy bien, muy atenta en los duelos. Identifica muy bien cuándo filtrar por dentro. Estamos muy felices con ella”, la alabó Bermúdez.
Hermoso, que parecía proscrita con Tomé, saltó al campo en el minuto 88 mientras La Rosaleda celebraba la vuelta de la máxima goleadora de la historia de España (57 tantos). “A todas se nos ha puesto la piel de gallina cuando coreaban su nombre incluso cuando estaba calentando. Tanto ella como Mapi estaban muy felices de poder disfrutar de un partido en casa con la selección”, afirmó Alexia, una de las capitanas y de las jugadoras con mayor influencia en el vestuario. “Se ha emocionado. Volver y vestir la camiseta de España es algo increíble”, añadió la técnica, que le dio un abrazo a Jenni en el que se vio cómo a la madrileña se le saltaban las lágrimas tras el encuentro.

El 4-0, en cambio, ha puesto en el foco el cambio de formato que la UEFA aprobó esta temporada para el torneo. Al contrario que en 2024, cuando España alzó el trofeo en la primera edición de la Liga de las Naciones, tanto las semifinales como la final se juegan este año a ida y vuelta. “A mí, personalmente, no me gusta. Me gusta jugar una semifinal y una final como toca, no a doble partido. Si pasamos a la final es raro jugarla a doble partido. Me gustaría que fuera como antes, pero es lo que hay y hay que adaptarse”, valoró Cata. España defenderá su ventaja el martes en Gotemburgo (19.00; Teledeporte) en una eliminatoria que está casi sentenciada.