El cambio de hora que se lleva a cabo cada año al dar la bienvenida al horario de verano puede tener repercusiones en los más jóvenes de la familia, y es fundamental que los padres estén preparados para abordar estas consecuencias. El adelanto de los relojes en una hora puede desencadenar una serie de síntomas y reacciones en los niños, por lo que es importante estar atentos a su bienestar durante este período de adaptación.
Según especialistas de Fonoinfancia de Fundación Integra, los niños y niñas podrían experimentar dificultades para conciliar el sueño, despertares nocturnos, alteraciones en su rutina de comidas y siestas, fatiga, cambios en el apetito y variaciones en su estado de ánimo. Para ayudar a los niños a lidiar con estos cambios, los padres pueden seguir algunos consejos de expertos.
Carolina Diez Pastene, psicóloga y supervisora del Departamento de Promoción y Fonoinfancia de Fundación Integra, subraya la importancia de no solo informar a los niños sobre el cambio de hora, sino también hablar sobre las posibles implicancias que esto podría tener en sus vidas. Este enfoque les permite a los niños comprender mejor la situación y ser partícipes de la conversación.
Además, los padres pueden utilizar esta ocasión del horario de verano como una oportunidad para hablar sobre cómo cambian las estaciones y la temperatura ambiental, ayudando a los niños a entender estos conceptos de manera más natural a través de cuentos, dibujos animados y otros recursos visuales. También es útil realizar acciones concretas, como modificar el reloj de forma gradual y adelantar la hora de las comidas de manera progresiva, comenzando con intervalos de 15 minutos.
Si los niños se sienten somnolientos durante el día, una breve siesta puede ser beneficiosa. También es recomendable involucrar a los niños en actividades físicas y juegos que les permitan liberar energía y faciliten el proceso de conciliación del sueño más temprano.