La Universidad Academia de Humanismo Cristiano (UAHC) cuestionó el uso de perdigones de goma «como instrumento disuasivo de manifestaciones» por parte de la Policía de Investigaciones (PDI), denunciando que el pasado jueves este actuar dejó al menos un herido durante protestas en el marco del Día del Carabinero.
A través de una declaración pública, la casa de estudios señaló que este actuar se agrava «por la reciente aprobación de la denominada Ley Naín-Retamal, que otorga a los agentes policiales que utilicen estos artefactos balísticos, potencialmente letales y altamente gravosos, un resguardo prominente derivado del criterio de ‘legítima defensa privilegiada’ que puede desembocar en formas de impunidad jurídica«.
En detalle, denunció que la tarde del jueves «la utilización de este tipo de armamento en contra de una manifestación estudiantil, cuando agentes del cuartel de la PDI ubicado en Condell 264 de Providencia, sin necesidad ni apremio a su infraestructura o cuerpo policial, incurrieron en prácticas de disuasión por medio de disparos con este tipo de munición».
«Verificamos además que al menos uno de estos balines impactó directamente a un manifestante. Advertimos que esto se realizó en presencia de civiles residentes o transeúntes que no participaban de la manifestación», se indicó en el escrito, firmado por el rector del establecimiento, Álvaro Ramis.
La UAHC recordó que la PDI no posee el mandato legal para el control de manifestaciones públicas y aseguró que -en este caso- no se respetaron los criterios de «necesidad y proporcionalidad».
«Los balines de goma de potencialidad letal, como los usados en Chile durante el estallido social, han causado centenares de traumatizados oculares que no eran imputables de delito alguno«, puntualizaron en su declaración, solicitando, ante esto, que se «establezca a la brevedad» si su uso puede seguir siendo para el control de manifestaciones.
Finalmente, la universidad hizo un llamado a las autoridades «a colaborar en el pronto esclarecimiento de estos hechos y a someter todas las prácticas policiales a los estándares internacionales sobre el uso de la fuerza».