Un reciente estudio del Índice de Calidad de Vida Urbana (ICVU) reveló cuáles son las comunas de Chile con la peor calidad de vida. Este análisis, realizado por la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) y el Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales de la Pontificia Universidad Católica (IEUT UC), se basó en datos del año 2023 y consideró diversas variables para medir las condiciones de vida en las principales ciudades del país.
El informe analizó un total de 99 comunas, evaluando aspectos como condiciones laborales, ambiente de negocios, conectividad, salud, medioambiente y vivienda. De estas, 19 comunas mostraron un deterioro en su calidad de vida en comparación con el estudio anterior, mientras que solo 14 lograron mejorar. Las restantes 66 comunas mantuvieron su nivel, destacando las brechas existentes en diversas zonas del país.
Entre las comunas con peor calidad de vida, se destacan Cerro Navia, Lo Espejo, La Pintana, Pedro Aguirre Cerda y San Ramón, todas ellas ubicadas en la Región Metropolitana. Estas comunas enfrentan serios desafíos en términos de acceso a servicios, infraestructura urbana y seguridad, factores que influyen negativamente en la calidad de vida de sus habitantes. El déficit en áreas clave, como la movilidad y las condiciones laborales, continúa afectando su desarrollo.
Otro caso relevante es el de Alto Hospicio, en la región de Tarapacá, que también se encuentra entre las comunas con peores resultados. A pesar de ser un área de constante crecimiento, su infraestructura y conectividad no han logrado ponerse a la par del aumento de población. Esta situación genera importantes dificultades para sus habitantes, especialmente en el acceso a servicios básicos y oportunidades laborales.
A nivel regional, comunas como Constitución (región del Maule) y Lota (región del Bío Bío) también figuran entre las más afectadas. Estas ciudades intermedias enfrentan problemas en la generación de empleo y en la gestión de sus espacios urbanos, lo que ha provocado una caída en su calidad de vida. Además, el impacto de la falta de planificación urbana se refleja en la dificultad para acceder a servicios de salud y educación.