Un día después del tiroteo que acabó con la vida de ocho personas en un centro comercial en Allen, Texas, todavía continúa sin conocerse la identidad del atacante, quien fue abatido por la policía aunque, según medios, se investigan sus posibles vínculos con la ideología de la supremacía blanca.
Así lo aseguró este domingo el diario The Wall Street Journal con base en fuentes policiales que tienen conocimiento de la investigación.
El atacante mató a ocho personas e hirió a otras siete después de abrir fuego contra decenas de personas que se encontraban comprando en los Premium Outlets en Allen, una ciudad cercana a Dallas (Texas). Utilizó un rifle AR-15 en el ataque, uno de los más populares en Estados Unidos y que ha sido utilizado para perpetrar diversas matanzas.
Según el mencionado diario, el atacante portaba más armas, estaba vestido con un chaleco antibalas y cargaba numerosa munición. En la escena del crimen se encontraron más de 100 cartuchos disparados.
Las autoridades registraron un hotel donde se cree que se alojaba y allí encontraron más munición.
El Departamento de Seguridad Pública de Texas está liderando la investigación y ha pedido a los testigos que tengan evidencia digital del tiroteo que envíen información.
El autor del tiroteo fue abatido por un policía local que estaba en el Allen Premium Outlets cuando escuchó los disparos. Todavía no se sabe cuántos minutos estuvo actuando el perpetrador de la última masacre que ha vuelto a conmocionar a la sociedad estadounidense.
LUTO NACIONAL
El presidente Joe Biden declaró este domingo cinco jornadas de luto nacional tras el tiroteo, «como muestra de respeto por las víctimas de los actos de violencia sin sentido«.
Ordenó que la bandera de los Estados Unidos ondee a media asta en la Casa Blanca, en todos los edificios y terrenos públicos, en todos los puestos militares y estaciones navales, así como en las embajadas y otras instalaciones oficiales en el extranjero, «hasta la puesta del sol del 11 de mayo», explicó.
El mandatario volvió a pedir al Congreso que actúe para frenar la «epidemia» de las armas. «Una vez más le pido al Congreso que me envíe un proyecto de ley que prohíba las armas de asalto y los cargadores de alta capacidad», afirmó.
Biden también pidió que la ley contenga medidas como las verificaciones de antecedentes universales, el requerimiento de almacenamiento seguro de armas o el fin de la inmunidad de los fabricantes de armas.
«Necesitamos más acción y más rapidez para salvar vidas. Demasiadas familias tienen sillas vacías en sus mesas de comedor (…) y los miembros republicanos del Congreso no pueden seguir enfrentando esta epidemia encogiéndose de hombros», señaló.
«La principal causa de muerte de los niños estadounidenses es la violencia armada», agregó Biden en el comunicado, tras conocerse que al menos una de las víctimas de la matanza de Allen es un niño de cinco años.
Estados Unidos ha sufrido al menos 199 tiroteos masivos en lo que va de año, según la organización Gun Violence Archive, que define los tiroteos masivos como aquellos en los que mueren cuatro o más personas, sin incluir al perpetrador del ataque.
Tras publicar ayer un mensaje de condolencia, el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, enfatizó este domingo en una entrevista en Fox News la necesidad de abordar el aumento de la «ira y la violencia» y achacó a los problemas de salud mental el aumento de la violencia.
«Lo que Texas está haciendo a lo grande es que estamos trabajando para abordar esa ira y violencia, pero yendo a su causa raíz, que es abordar los problemas de salud mental», dijo.
«La gente quiere una solución rápida. La solución a largo plazo aquí es abordar el problema de la salud mental», añadió, sin hacer referencia a la petición de Biden de leyes que restrinjan el uso de las armas.
En Texas no hay límites a la cantidad de munición que puede comprarse y es completamente legal que alguien de 18 años compre un rifle de asalto, a pesar de que la ley federal le obliga a esperar hasta los 21 si quiere adquirir una pistola.
También llevaba un rifle AR-15 Salvador Ramos, el joven de 18 años que el 24 de mayo del año pasado se atrincheró en la ya famosa escuela primaria Robb de Uvalde, en el sur de Texas, matando a 21 personas.