El próximo verano en Reñaca se perfila con una alta afluencia de turistas argentinos, especialmente mendocinos y cordobeses, quienes aprovechan la cercanía y la situación cambiaria favorable. La Quinta Región, en particular Reñaca y Viña del Mar, es uno de los destinos más codiciados por aquellos que buscan disfrutar de las costas chilenas.
El costo del alojamiento en Reñaca varía ampliamente y depende de factores como la proximidad a la playa, las comodidades y el tamaño del alojamiento. Para quienes buscan hospedarse en la emblemática avenida Borgoño, una de las más demandadas por su cercanía al mar, los precios de departamentos para familias (de hasta seis personas) parten en $110.000 chilenos por noche.
Además de los departamentos, los hostales y hoteles también ofrecen opciones de hospedaje en Viña del Mar, con tarifas que oscilan según el día de la semana. Entre domingo y jueves, es posible encontrar una habitación doble en hotel desde $70.000 y, en hostales, habitaciones dobles desde $40.000. Durante los fines de semana, las tarifas aumentan, y una noche en hotel sube a $85.000, mientras que en hostales la tarifa para dos personas se encuentra desde $50.000. Este aumento de precios se debe a la demanda estacional, con muchos turistas buscando escapadas cortas de fin de semana.
En el ámbito gastronómico, tanto Viña del Mar como Reñaca disponen de una amplia variedad de opciones para desayunar, almorzar y cenar frente a la playa. Los desayunos en Viña del Mar comienzan en torno a los $2.700 por un café mediano con medialuna, y suben a $3.400 si se elige un café con muffin. En Reñaca, una tostada con jamón y queso y café puede costar $3.500. Este tipo de desayunos económicos permite a los visitantes disfrutar de una mañana frente al Pacífico sin un alto desembolso.
Para el almuerzo, en Reñaca se pueden encontrar empanadas de camarón queso a $2.200, uno de los snacks favoritos de los visitantes. Otra opción popular es el combo de completo con papas fritas y gaseosa, por $5.000, ideal para quienes buscan una comida rápida y económica en medio de sus actividades de playa. Estos precios tentativos permiten a los turistas argentinos organizar sus gastos y disfrutar de las delicias de la costa chilena sin grandes inversiones.